La vida comienza con un juego sencillo en lo que no tenemos preocupaciones en lo absoluto, es solo jugar, correr, seguir jugando, dormir y la necesidad que todos sabemos. Qué edad más hermosa es aquella, pero de pronto, en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos que somos adultos al momento de subir al bus y que te digan señor “pague su pasaje”, y es algo que no tiene explicación somos de los que pagan el pasaje -SOY UN ADULTO-. Esa sensación es tan airosa es tan inocente

Las historias que tratamos de comunicar es algo simple y concreto, es una vida completa de recorrido no solamente en el juego y de no tener preocupaciones; es mas allá, la vida completa en donde esa niñez ha dejado raíces significativas y que perduraran por siempre en esta vida. Quién lo iba a pensar, siendo niños y de pronto estamos acá. En un mundo a veces cruel otras veces también empático.

Pónganse cómodos y viajen con estas palabras textuales de unos de los grandes de lo que hoy somos. FRUTILLEROS DE CORAZÓN.

Siendo jueves 10 de septiembre nos dirigimos a la casa de este señor que nos tiene con mucha curiosidad. Vamos hacia el sector El Prado Verde, estando un poco desorientados llamamos por teléfono a nuestro contacto, la hija de este gran hombre, a la señora Margarita Allendes, donde nos da las indicaciones para poder empezar con este propósito tan hermoso que es comunicar historias de la gente de San Pedro

Llegamos a la puerta del hogar, ahí estaba nuestra estrella, nuestra persona del Prado Verde unos de los precursores de la frutilla.

Para empezar con la entrevista pedimos las autorizaciones correspondientes al grabado y toma de imágenes.

Mi amigo cuál es su nombre.

Luis Jorge Allende Herrada, una postura seria, pero de relajo a medida que continuaba.

 Don Luis, quisiéramos conocer a fondos sus raíces de este mundo.

Yo nací aquí en San pedro y toda mi familia es de aquí de San Pedro 

Eh mira, a mí a veces me da pena contar lo que sucedía hace 70 años, 80 años atrás. Había una pobreza en esta comuna, pero tan inmensa, tan inmensa… que yo recuerdo haber visitado a unos vecinos, en un periodo que estaba lloviendo 1 mes completo. Tenían una parrilla grande en la cocina y ponían lombrices atrás, de esas grandes que había, sacaban de un montón de paja grande (omisión) y eso comíamos

 Don Luis nos comentaba aquellas travesías que pasaban en aquellos tiempos, al principio nos sorprendimos y de vez en cuando soltábamos una risa, pero no sabíamos qué tipo de risa, quizás de nervios en el pensar en esos años. Sentíamos la curiosidad de saber más de esto. Le preguntamos Ud.- comió

Si y yo comí porque como estaba chico… me ofrecieron y los vi comiendo con tantas ganas… Yo comí y son sabrosas y déjeme decirle que eran bastante buenas, se puede comer hasta en la parrilla, y no es un chiste, es algo muy real.

  Después nuestro querido Luis, en toda su conversación nos explica acerca de las lluvias que eran tan hermosa y abundantes hace muchos años atrás.

En esas fechas durante un mes nadie trabajaba porque todo estaba lloviendo, un hermano me contaba no hace mucho tiempo que allá en Puerto Montt, vive en Puerto Montt. Que llueve en este momento como antes llovía acá, o sea que para ellos también es sequia, es decir que las lluvias han escaseado en todas partes.

 Por lo que nos hemos enterado con otra reseña es que como antes había suficientes lluvias en San Pedro se dedicada al carbón de espino antes que la frutilla.

Claro, Si, había mucho espino por lo que teníamos que hacer carbón de espino para solventarnos en esos momentos.

Para cada 1 kilómetro, cada ½ kilómetro había una casa así. Ahora en la actualidad En el prado mismo que ahora debe haber unas no sé, 800 casas o más a lo mejor en todo el sector de El Prado. En ese tiempo habría unas 15 o 20 casas.

 Don Luis con sus ojos bien expresivos nos cuenta lo difícil que fue el colegio en esos años-

Era bastante difícil. Yo estudié en San Antonio, a los 13 años empecé a trabajar en la noche en un taller de bobinado 

 Taller de bobinados, usted se refiere que mientras estudiaba trabajaba también.

Si, pero ayudándole al técnico a poner las bobinas porque él había estudiado en la Universidad de Chile y desde ahí le daban trabajo, le mandaban unas inmensas turbinas de esas que llegan del Sur. Entonces le daba la forma a el alambre era cuadrado así y lo metíamos.

 Dónde se encontraba su trabajo.

se encontraba en San Antonio, me era más fácil trabajar allá porque estudiaba en el mismo lugar. Por ejemplo, de las 6:00 a las 11 0 12:00 trabajaba.

 A medida que conversaba con Don Luis, pensamos en lo que difícil de aquellos momentos, pero más grandes eran las nociones de salir adelante. Aquello nos formula una pregunta de saber y que nos exponga a todos los lectores el episodio de vivencia en su establecimiento escolar.

Yo sufrí mucho el bullying en el cerro alegre porque era casi el único que estudiaba en el Instituto del puerto y la gente del cerro alegre era muy pobre, iban a la escuela pública. Entonces seguramente sentían envidia, cada vez que bajaba al colegio me trataban mal, a veces a la pasada me escupían que se yo, me ensuciaban el uniforme, muchas cosas así. Hasta que al final tuve que hacer frente a todos esos problemas 

 ¿Lo enfrentó?

Sí, y desde entonces dejaron de molestarme y me gane un sobrenombre, unas risas sueltas de emoción, me gane el nombre de puños de acero. Y todo fue gracias a un amigo, muy amigo que era un poco, bastante alcohólico. Habría sido un gran boxeador, yo pienso, siempre he pensado que ese amigo si no hubiera sido alcohólico habría sido un campeón.

En unos pequeños lazos de tristeza nos cuenta lo gran amigo que era de él; se daban consejos mutuos

Me daba muchos consejos, a veces me pillaba así medio desprevenido y me pegaba ahí con los dedos así por cualquier parte y me retaba “te digo que nunca hay que bajar la guardia” me decía, me da mucha pena cuando me acuerdo de él porque lo quería mucho yo 

Incluso el me defendió muchas veces, lo conocí cuando recién llegué al instituto

 Y se hizo amigo de él  

Claro, porque él iba a un gimnasio a dar instrucciones, imagínese que yo era amigo del dueño del gimnasio, el famoso Ramiro Rosales, dueño de las galerías Rosales y todas esas cosas él tenía el gimnasio era todo un campeón, sabe, Ramiro era como campeón de lucha libre y todas esas cuestiones, Mi amigo fue todo un personaje.  sonroja una risa muy linda.

 

Después de reírnos juntos de alguna aventura que tuvo en el colegio y que por peticiones no las dejaremos reflejadas acá. Pero nuestro gran amigo nos empezó a relatarnos la instancia en San Antonio, sobre su familia y cuando regreso a tu tierra natal.

mi familia estuvo viviendo en San Antonio, así aproveche de estudiar, aunque debo decir y que quede bien marcado ahí, que yo siempre he sido de acá (del prado verde). Por eso, le digo que desde acá me fui a San Antonio. Pero cuando ya paso el tiempo suficiente regresamos todos a nuestro querido Prado Verde, eso paso más o menos en el 1955, no recuerdo con exactitud.

 Nuestro amigo al culminar el momento que llegó al Prado Verde su tierra natal y extrañada. Se dio cuenta que Don Juan Tapia…

Sabe amigo, cuando regrese a mi tierra, me gustaba ir a jugar al altiro ahí donde Juan Tapia tiene los animalitos. y ahí yo lo miraba como plantaba fresones, pero yo le diré algo amigo mío, él no trajo los fresones, los trago este señor llamado, eh… le dicen los “Omisión” don Miguel Herrada, es el tío de “omisión”

 Mi amigo y Don Miguel Herrada, el trajo el fresón aquí a la comuna  

INFORMACIÓN ENTREGADA POR DON LUIS ALLENDES.

Los pioneros fueron Miguel Herrada, de San Pedro, y Juan Tapia, del sector El Prado Verde, según lo informado por don Luis, fue don Miguel quien trajo las matitas de frutillas desde Los Andes. Trajeron de esa verdadera frutilla, que daba solo una vez, pero en la Vega se enamoraron inmediatamente de ella, eran olorositas, nos cuenta con mucho entusiasmo.

  Como han cambiado las cosas, aunque todo debe seguir su rumbo de la vida, nos vamos actualizando. Pero ojo, mantenemos lo mas preciado de nuestros ancestros. Don Luis nos relata que pensaba dedicarse a otras labores antes que la frutilla.

Con mi abuelo Ismael Allendes Allendes pretendíamos hacer una lechería porque tenía una parcela muy buena que le llaman El Potrerillo y justamente una parte la compró Juan Tapia, en ese suelo era muy bueno porque salía harto pasto para los animales, pero no pudimos llevar a cabo ese proyecto por le dio un derrame cerebral y falleció. Por eso yo me quede dedicándome a empezar a plantar frutillas no mas

Imagínese amigo mío que antes las frutillas las regábamos por surcos, eso sí, se gastaba harta agua, pero no se podía plantar más de media hectárea para que se pudieran llenar los surcos.

imagino que ahí había alguna necesidad de hacer algo.

Claro que si había una necesidad muy grande y de haber tenido la suerte de ser muy amigo de Octavio Barrios 

 ¿Quién es esta persona?

Era, fue un jefe de INDAP, era una gran persona, tenía muchos estudios en topografía, agricultura, enología y muchos más.

Con Octavio nos hicimos muy amigos, siempre andaba detrás de él, mi amigo iba hacer un vivero en Alhué,

La exitosa experiencia de Juan Tapia y los otros pioneros  hizo que el Estado pusiera cartas en el asunto a través del Instituto de Desarrollo Agropecuario, Indap ya que se considero que la frutilla podía ser el cultivo de los campesinos de esta tierra tan lejana y a la vez cerca, sustituyendo y a la vez complementando el cultivo del trigo, el carbón de espino y a la crianza limitada de ovinos y bovinos, así lo entendió el Ingeniero Agrónomo Octavio Barrios, en ese entonces jefe del Área de Indap Melipilla.

 

Conversando con nuestro amigo y con una historia fascinante, Don Luis se hizo amigo de Octavio Barrios quien tenía muchos estudios para trabajar en la frutilla, ya que por motivos del tatita Dios se llevó a su abuelo y no pudieron culminar el proyecto de la lechería.

Entonces con él conversamos nosotros mucho sobre mejorar la calidad de la frutilla y tuvo la suerte él de conocer en la Universidad de Chile a un profesor que estaba por un intercambio cultural, no sé cómo… con la Universidad de California y justamente ese gringo era el especialista en manejo de frutillas, más que nada trabajando en genética, incluso se llevó plantas originarias del sur porque la planta estaba en el sur, pero daba una sola flor y se acababa. Dejaba de dar no más, la única frutilla que daba se sentía el olor a 10 metros, un aroma tan espacial que ahora hoy en día no encontramos. ¡Ay! Que frutilla mas rica.

Mi amigo, hizo los contactos para que llegara acá y no sé… la suerte, el destino, tuvimos la oportunidad de hacernos muy amigos de Eduardo Padilla, Eduardo Padilla era un técnico criollo de Chiloé, con el hicimos un grupo con Octavio y yo, y luchamos porque el gringo nos mandara plantas de allá, de Estados Unidos 

Usted entonces a través de Eduardo Padilla y el de don Octavio Barrios, el que trabajaba en INDAP hicieron que el hombre de allá de california les mandara frutillas 

Claro, primero llegaron 13 variedades para probarla y las llevamos a Alhué para probarlas en un vivero

Nosotros necesitábamos encontrar la forma de entregar las matas de frutillas, porque imagínese que mas de 200 personas querían de la variedad que nos había mandado el gringo, entonces esta persona nos dio bastante charlas de cómo trabajar realmente la frutilla, gracias a don Octavio Barrios que lo trajo hasta acá “SAN PEDRO” y entre las personas estaba Francisco Carrasco Allendes.

Además, Don Moisés Bustos, muchas veces Panchito, todo el tiempo Panchito, como estaba cerca ahí donde hacíamos la reunión, la hacíamos donde está la escuela por ahí. Don Salvino Quiroga, don Sergio, don Sergio Cerda. Una persona, pero muy importante, muy luchadora, pero tremenda… la señora Claudina Tapia, la señora Claudina Tapia vivía por ahí donde sale Paulito mesa para afuera así

La señora Claudina era la esposa de don Sergio Cerda, para mi esa señora era un personaje porque ayudó mucho a que se formara el comité  

 

¿Este comité era absolutamente para la repartición? 

Así es, se formo solamente para la repartición de las frutillas que nos habíamos llevado Alhué para reproducirlas en masas, por eso, Eduardo Padilla venía darnos las Charlas y enseñarnos lo que hoy sabemos de la frutilla, y obviamente don Octavio como buen topógrafo nos enseño a nivelar los surcos para poder plantarlas en hilera y poner las mangueritas… Y los surcos los hacíamos cortitos

A nosotros los que conformábamos nuestro comité, nos interesaba saber como íbamos a repartirlas.

 

Para multiplicar más aun el vivero que estaban haciendo en Alhué 

Pero claro, eh… pero, la primera cosecha iba a ser muy pequeña. A ver… iban a ser alrededor de unas 100.000 plantas 

De estas 100 mil plantas había como 11 o 13 variedades, no recuerdo bien cuántas.

 

Para poder seguir reproduciendo  

Claro, pero no se pudo seguir porque hubo problemas económicos e INDAP no pudo disponer de plata  

 

¿Para poder seguir con el proyecto?  

Claro, entonces aparecieron los viveros particulares  

Ahora nosotros cuando quisimos repartir la primera cosecha se nos ocurrió la idea de llevar plantas a la gente, llevarle plantas al frigorífico del fresón y se quemaron allá en el frigorífico, le dijimos a los guardias que le quitaran el frio y se pudrió toda. Estaban re enojados y ahí Octavio le dijo no se preocupen si se las vamos a devolver, con planta americana 

Eh… Algunos fíjate que no estaban muy conformes que le devolvieran la planta americana, pero la plantaron algunos con desconfianza. Yo con esas 10.000 plantas, nunca más he tenido tanta plata, por dios que se vendieron bien. El fresón estaba vendiéndose, por ejemplo, un ejemplo a 100 pesos la caja… La americana nosotros la vendíamos a 1.000

 

Para culminar esta fascinante historia, Don Luis nos invita a dar una vuelta a su invernadero para que lo conozcamos. Caminamos junto a él unos 100 metros y llegamos, para la sorpresa de nosotros, Don Luis tiene un hermoso invernadero en donde cultiva y planta árboles frutales.

Para nosotros, siendo jóvenes aún, estas personas son un tesoro vivo de la humanidad estando en óptimas condiciones para su edad.

Además del increíble Tour que nos dio, nos da un regalo. Una bella planta de Aloe Vera en el que nos da consejos saludables para mantener una salud en óptimas condiciones.

Agrademos a la familia de Don Luis Jorge Allendes por la maravillosa acogida que nos brindaron.

 Hasta la próxima reseña.

Investigación y edición, Equipo Revista San Pedro